Los seres humanos, desde nuestro origen, hemos desarrollado comportamientos que mientras nos benefician en algunas areas, nos perjudican en otras. Como decía Séneca, "... nos vemos atormentados por lo que ya pasó y lo que ha de venir por igual. Algunas de nuestras ventajas nos pueden hacer daño, porque la memoria nos puede traer la agonía de lo que ya pasó, mientras que la previsión la trae prematuramente..." Es con nuestra mente maravillosa que creamos peligros que no existen y que provocan experiencias que no están ocurriendo.
Esta experiencia emocional, fue una gran estimulante para que filósofos en la antigüedad buscaran una solución al responder, ¿cómo vivir una vida que valga la pena ser vivida?. Hoy en día pensamos en el apoyo psicológico para aliviar nuestras penas con el apoyo del profesional. En tiempos antiguos, la Therapeia (θεραπεία) era el servicio que brindaban los filósofos griegos a las personas que estaban pasando por conflictos internos. En una vida dedicada a la reflexión y la auto-reflexión, libres de distracciones, algunos de nuestros antepasados tuvieron la suficiente paciencia y curiosidad para resolver los misterios de nuestra existencia de forma que resultara útil.
A principios de los años 300 A.C, mientras que en la "terraza pintada"(hē poikílē stoá), estaban los alumnos de Zenón escuchándo las lecciones estoicas sobre virtud y cómo la dicotomía del control les permitiría actuar ante las cosas del destino atendiéndole con sabiduría, coraje, justicia y auto-control. Nos podríamos haber encontrado a un grupo de filósofos en las afueras de Atenas, conversando y divirtiéndose como un grupo de amigos, en un jardín escuchando a quien hoy llamaríamos un "Gurú". Hombres y mujeres, de todos los estratos sociales, viviendo con sencillez y que maravillados por el carisma de Epicuro buscaban vivir una vida buena, libre de dolor.
Aunque tradicionalmente a los Estoicos y los Epicureos, han sido vistos como escuelas rivales, estoy seguro de que Epicuro no gastaba su energía en "desbancar" las ideas de los otros, sino más bien en desarrollar las suyas basadas en, la razón. Además, de forma curiosa Séneca citó a Epicuro en varias oportunidades al escribir sus cartas a Lucilo y Marco Aurelio le tomó como ejemplo para lidiar con el dolor físico "si es intenso, pasará rápido. Si no ha matado es soportable. Si es intenso y se prolonga, probablemente nos va a matar, lo que nos llevará al final natural del sufrimiento. Epicuro por su lado estuvo, sin duda alguna, muy influenciado por los filósofos viajeros que visitaron el oriente, específicamente lo que hoy conocemos como la India y que escucharon las lecciones Budistas de los "gimnosofistas"(los maestros desnudos).
¿Qué podemos aprender de un filósofo que basó el placer de vivir en la amistad, la razón y la atención de nuestras necesidades naturales?
Para los filósofos del jardín, el secreto para vivir una vida buena era poner fin al sufrimiento físico y mental. Para comprender la visión del filósofo es importante aclarar el concepto del placer. Existe el placer activo, por ejemplo comer. Y el placer pasivo, saciar el hambre, es decir, ya no tener hambre. El objetivo de un Epicureo es el placer pasivo, alcanzando un estado equilibrado de "ataraxia"— imperturbabilidad.
"No temas a Dios, no te preocupes por la muerte. Lo bueno es fácil de conseguir, lo terrible es fácil de soportar."
Si bien es cierto, en la actualidad no tememos por la ira de los dioses en forma de truenos, sequías, huracanes o cualquier otra forma de fenómeno natural. Nuestra mente no ha dejado de encontrar nuevas fuentes de preocupación en lo impredecible y complejo de nuestra realidad. Y entonces cuando la atención se dirige a los chismes, las historias sin fundamento o las noticias inconclusas, nuestra mente crea una versión de la realidad basada en conjeturas provocando estados de ansiedad. Epicuro le puso fin a esta forma de sufrimiento mental con la razón. Según él, todo tiene explicación y nada que no tenga evidencia(hechos que se pueden ver, escuchar o palpar) merecen nuestra atención. Para escapar de los miedos irracionales, la clave está en observar desapasionadamente los asuntos y tener una actitud científica para comprender el funcionamiento de las cosas.
Para resolverlo, definieron las tres formas de necesidades.
En palabras de Epicuro, "nada es suficiente para quien cree lo suficiente como muy poco..."
"No es lo que tenemos, sino lo que disfrutamos lo que constituye la abundancia", decía Epicuro.
La vida ocurre aquí y ahora, no la mal gastes pensando en las cosas que ya pasaron o buscando darle sentido a las cosas que se alejan de tu control con conjeturas que solo buscan satisfacer una mente que bien puede estar dirigida a atender el momento presente.
No necesitás nada más que tus significados para encontrar gozo en cada instante, en este rincón de la vida. Llevá tu atención a las historias que te estás contando y actualiza los conceptos necesarios para alinear tus pensamientos, deseos, palabras y acciones.
Jorge
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